Los bailes…aquellos bailes. Uno estaba prácticamente toda la semana esperando que llegue ese momento para salir, encontrarte con los amigos y disfrutar de esos momentos…
Entonces llegaba el sábado. A la tarde, claro, era o una bicicleteada o un picadito de futbol…una vez, nos quedamos armando una especie de balsa, para llegar a la “islita” como le llamábamos, que era un pedazo de tierra seca que sobresalía en el rio lujan, detrás del parque, después del puente de las vías de la trocha…los sábados a la tarde, siempre había una escusa para juntarse…pero como la noche del sábado, ningún momento se comparaba…es que, cuando llegaba la noche, uno pensaba que podía ser “la noche esperada…”por eso, uno se preparaba bien…la mejor camisa o la remera mas a la moda…los mejores pantalones que uno tenia y las zapatillas bien limpitas…
Entonces, uno en el baño, se miraba…se acomodaba…y quedábamos re lindos!!!
Y claro, el perfume…el mejor perfume que se podía comprar, para dejar un lindo aroma al pasar…y uno salía…y te encontrabas con todos los muchachos…en la calle Nacho, Daniel, el Colorado, Sebastián, Juan Manuel, todos…hubo noches en que salían todos juntos, y eran mas de 30 muchachitos, mas bien inocentes, con solo intensiones de disfrutar y pasarla bien, siempre y cuando había algo para tomar…y ahí uno se iba conociendo…se iba formando…Uno ya sabia sobre la timidez de Nacho…sabias de lo lanzado de Daniel…que si había pelea, Sebastián seguro iba a saltar…que Juan enseguida quería tratar de bailar con una chica, y que Juan Manuel lo iba a seguir…que Luciano se iba a enamorar…que Guillermo era feliz escuchando su grupo de música y que lo único que quería era divertirse…que a Federico le dabas fierros y un motor, y para él era la mas grande las alegrías…y era así…cada uno sabia que le gustaba…y que le molestaba…Por ejemplo a Daniel, le gustaba una chica…ella se llamaba Verónica…una noche, en un baile, Daniel tuvo la oportunidad de avanzar y se acerco a ella…felices en su mundo, hablaban…claro, es que Daniel trataba de convencer a Vero para poder salir una noche juntos…cuando de pronto, fue impulsado por un fuerte empujón hacia donde estaba Juan…y Juan lo miró…lo vio en el piso…enseguida se paró para ver que pasaba… Era Martin, un ex novio de Verónica, que no quería que se le acerque nadie…aquellos motivos…aquellas peleas, que hoy no le encontramos sentido…pero que en aquel momento parecía “lo importante”…y enseguida un gran tumulto…todos querían golpear a Daniel…Juan, delante de él, defendiéndolo y poniendo el cuerpo, así como Sebastián y otros…la revuelta duraba poco, ya que venían los propietarios del lugar, te separaban y si te seguías portando mal, te sacaban del boliche…pero así como de tonto era ese momento, también era muy importante por que te mostraba cosas…te mostraba valores…te mostraba a tus amigos, que sin importar nada, saltaban por vos…te defendían…y ahí uno se daba cuenta de la importancia que tenia “tener” amigos…mas aún, cuando Juan, lo escuchaba horas y horas a Daniel, quien se descargaba hablando de Vero…de lo linda que era…de lo enamorado que estaba de ella…y ahora era ponerle el hombro, para que su corazón no se derrumbara, y para que pueda seguir… “Claro que te voy a escuchar, si sos mi amigo…conmigo, llorá, no hay problema…nadie tiene porque saberlo…contá conmigo…”
Y esos momentos son los que no se olvidan…por que la vida, la vida te puede llevar por diferentes caminos…llevarte muy lejos de aquellas personas con las cuales viviste los mejores momentos…y es que la vida avanza…nos pone objetivos distintos y diferentes maneras de vivirla…pero ya hay un camino recorrido…aquel de la niñez y la adolescencia, en donde, por mucha suerte, pudimos compartir con grandes amigos, aquellos, los mas queridos, que siempre estarán en nuestro recuerdo…y en nuestro corazón para ser, eternamente, aquellos buenos amigos…
Entonces llegaba el sábado. A la tarde, claro, era o una bicicleteada o un picadito de futbol…una vez, nos quedamos armando una especie de balsa, para llegar a la “islita” como le llamábamos, que era un pedazo de tierra seca que sobresalía en el rio lujan, detrás del parque, después del puente de las vías de la trocha…los sábados a la tarde, siempre había una escusa para juntarse…pero como la noche del sábado, ningún momento se comparaba…es que, cuando llegaba la noche, uno pensaba que podía ser “la noche esperada…”por eso, uno se preparaba bien…la mejor camisa o la remera mas a la moda…los mejores pantalones que uno tenia y las zapatillas bien limpitas…
Entonces, uno en el baño, se miraba…se acomodaba…y quedábamos re lindos!!!
Y claro, el perfume…el mejor perfume que se podía comprar, para dejar un lindo aroma al pasar…y uno salía…y te encontrabas con todos los muchachos…en la calle Nacho, Daniel, el Colorado, Sebastián, Juan Manuel, todos…hubo noches en que salían todos juntos, y eran mas de 30 muchachitos, mas bien inocentes, con solo intensiones de disfrutar y pasarla bien, siempre y cuando había algo para tomar…y ahí uno se iba conociendo…se iba formando…Uno ya sabia sobre la timidez de Nacho…sabias de lo lanzado de Daniel…que si había pelea, Sebastián seguro iba a saltar…que Juan enseguida quería tratar de bailar con una chica, y que Juan Manuel lo iba a seguir…que Luciano se iba a enamorar…que Guillermo era feliz escuchando su grupo de música y que lo único que quería era divertirse…que a Federico le dabas fierros y un motor, y para él era la mas grande las alegrías…y era así…cada uno sabia que le gustaba…y que le molestaba…Por ejemplo a Daniel, le gustaba una chica…ella se llamaba Verónica…una noche, en un baile, Daniel tuvo la oportunidad de avanzar y se acerco a ella…felices en su mundo, hablaban…claro, es que Daniel trataba de convencer a Vero para poder salir una noche juntos…cuando de pronto, fue impulsado por un fuerte empujón hacia donde estaba Juan…y Juan lo miró…lo vio en el piso…enseguida se paró para ver que pasaba… Era Martin, un ex novio de Verónica, que no quería que se le acerque nadie…aquellos motivos…aquellas peleas, que hoy no le encontramos sentido…pero que en aquel momento parecía “lo importante”…y enseguida un gran tumulto…todos querían golpear a Daniel…Juan, delante de él, defendiéndolo y poniendo el cuerpo, así como Sebastián y otros…la revuelta duraba poco, ya que venían los propietarios del lugar, te separaban y si te seguías portando mal, te sacaban del boliche…pero así como de tonto era ese momento, también era muy importante por que te mostraba cosas…te mostraba valores…te mostraba a tus amigos, que sin importar nada, saltaban por vos…te defendían…y ahí uno se daba cuenta de la importancia que tenia “tener” amigos…mas aún, cuando Juan, lo escuchaba horas y horas a Daniel, quien se descargaba hablando de Vero…de lo linda que era…de lo enamorado que estaba de ella…y ahora era ponerle el hombro, para que su corazón no se derrumbara, y para que pueda seguir… “Claro que te voy a escuchar, si sos mi amigo…conmigo, llorá, no hay problema…nadie tiene porque saberlo…contá conmigo…”
Y esos momentos son los que no se olvidan…por que la vida, la vida te puede llevar por diferentes caminos…llevarte muy lejos de aquellas personas con las cuales viviste los mejores momentos…y es que la vida avanza…nos pone objetivos distintos y diferentes maneras de vivirla…pero ya hay un camino recorrido…aquel de la niñez y la adolescencia, en donde, por mucha suerte, pudimos compartir con grandes amigos, aquellos, los mas queridos, que siempre estarán en nuestro recuerdo…y en nuestro corazón para ser, eternamente, aquellos buenos amigos…
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